Mis películas corales favoritas (que casualmente son las de casi todo el mundo)

sábado, 6 de octubre de 2012 § 0

Con "películas corales" no me refiero solamente a películas con grandes repartos, sino a ese  tipo de cine en el que se presentan diferentes historias y personajes (en un principio independientes) que acaban entrecruzándose en el clímax de la obra. Algunas veces las diferentes historias colisionan en forma de brutal accidente y otras veces sólo las une un vínculo débil. En estas películas no hay protagonistas, y debido a sus enormes repartos, cada actor aparece poco tiempo en pantalla. Eso podría inducirnos a pensar que es imposible profundizar en los diferentes personajes, pero la verdad es que en mi opinión, la mayoría de los personajes que aparecen en las películas de esta lista son bastante más tridimensionales e interesantes que los de otro tipo de películas. Imagino que no debe de ser fácil escribir un guión sólido en el que la acción resida en diversas crónicas cotidianas. Para mí, lo más interesante es la manera en que el punto de convergencia es revelado lentamente a la audiencia. Porque de hecho, todo está interconectado, todo es una gran red descomunal,  y quizás hoy han atropellado a tu gato porque un señor sudafricano fue despedido de su trabajo hace cinco semanas, y de alguna manera ese inesperado despido ha tumbado la primera pieza de un gran dominó palpitante (esto me ha quedado muy rimbombante, lo siento), y tras una serie de pasos intermedios, ha provocado que ese coche enloquecido pasase por esa misma calle exactamente en el mismo instante en el que tu pobre gato cruzaba desprevenido la carretera. O quizás es al revés y un señor sudafricano será despedido porque alguien atropelló a tu gato. Pero claro, eso nunca lo sabrás. 

El problema de estas películas es que el espectador puede acabar prefiriendo unas historias a otras o incluso que algunas le sobren y le aburran. Eso es exactamente lo mismo que pasa en las novelas que van alternando capítulos de diferentes personajes. 

Esta lista contiene básicamente las películas que uno encuentra cuando busca en Google "película coral". Me gustan mucho, pero tampoco soy una experta en la materia, así que en esta entrada no te toparás con grandes sorpresas. Ya está todo aclarado. Pues bien, empecemos.


Vidas cruzadas. Robert Altman. 1993.

Es sin duda la primera película que a uno se le ocurre cuando piensa en cine coral (el título en español ayuda) y probablemente el paradigma de esta estructura cinematográfica. Está inspirada en nueve relatos y un poema de Raymond Carver (el ídolo de Haruki Murakami). En ella aparecen nada más y nada menos que veintidós personajes, así que a pesar de que la película dura unas tres horas, cada personaje sale en pantalla relativamente poco. Vidas cruzadas explora temas como la infidelidad y la muerte, y por supuesto, el papel que tiene la suerte en nuestras vidas. Aparecen varias celebridades que por aquel entonces no eran demasiado famosas, como por ejemplo mi querida Julianne Moore o Robert Downey Jr. Jack Lemmon tiene un papel sorprendentemente pequeño y Tom Waits también aparece, pero lamentablemente, y al igual que en Drácula de Francis Ford Coppola, no canta en ningún momento de la película. Aunque si se hubiese puesto a cantar en Drácula habría sido un poco raro, la verdad. E interesante. 


Amores perros. Alejandro González Iñárritu. 2000. 

Amores perros es la ópera prima de Alejando González Inárritu, y algunos la consideran la Pulp Fiction mexicana. Catapultó la carrera de Gael García Bernal y fue nominada al Oscar como "Mejor película de habla no inglesa". La película es un tríptico, y un trágico accidente de coche en Ciudad de México conecta las tres historias: un adolescente que decide ganar dinero en peleas de perros para poder escaparse con la mujer de su hermano, una modelo española que siente un enorme afecto por su perro, y un hombre que vive rodeado de perros callejeros y sobrevive realizando encargos a mafiosos. Además del accidente de coche, hay otro vínculo que une estas tres historias: los perros. 


Love Actually. Richard Curtis. 2003. 

Richard Curtis fue el guionista de las que podrían ser conocidas como películas Hugh Grant: Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill y El diario de Bridget Jones. En 2003 dio un pasó más y se atrevió a dirgir. El resultado fue esta comedia romántica de historias entrecruzadas situada en una Inglaterra en época navideña. Y por supuesto, también sale Hugh Grant. Sí, algunos quizás piensen que no se puede comparar con las otras películas de la lista, pero yo personalmente no me canso de verla. Además, Rowan Atkinson hace un cameo estelar. 


Crash. Paul Haggis. 2005. 


Crash se situa en Los Ángeles, poco después del hundimiento de las Torres Gemelas. La historia empieza con accidente de coche a gran escala en el que se ven implicadas varias personas. El resto de la película es un flashback que nos muestra las vidas de esos personajes y los problemas a los que se enfrentan el día antes del accidente. Crash nos habla de las tensiones raciales y religiosas que afectan las vidas de los habitantes de los Ángeles, una ciudad con un mix cultural bastante importante. Ah, y la canción de los créditos (In the deep de Bird York) es genial.


Y por fin llegamos al top 3 (en ningún orden especial):


Pulp Fiction. Quentin Tarantino. 1994.


No, no me he olvidado de Pulp Fiction. Se trata probablemente de la obra maestra de Tarantino y una de las películas más referenciadas de la historia. Pulp Fiction forma un círculo perfecto: empieza en una cafetería y acaba en la misma cafetería instantes después. De hecho, si nos fijamos bien, en la primera escena podemos ver a Jules y a Vincent. La película está divida en diferentes capítulos que no están necesariamente ordenados cronológicamente (típico en Tarantino). Diálogos sublimes, una banda sonora genial, un baile mítico (¿y una violación mítica?), un maletín misterioso... No hace falta que siga, ¿verdad?


Magnolia. Paul Thomas Anderson. 1999.

Nadie pone en duda que Paul Thomas Anderson, además de ser el director de cine más guapo de la historia, es un genio. Es probable que esté en el top 3 de directores vivos. Y quién sabe, quizás ocupando el puesto número uno. Con sólo 28 años escribió el guión de esta película que significaría su consagración definitiva como cineasta. Magnolia empieza contándonos al estilo Zelig tres pequeñas e introductorias crónicas sobre la casualidad, elemento que influirá en las vidas de los personajes de las nueve historias paralelas de las que consta la película. Magnolia está plagada de referencias bíblicas, de autoreferencias y de escenas bastante crípticas. Paul Thomas Anderson probablemente se inspiró en Vidas cruzadas para escribirla, es más, creo que le dedicó Pozos de ambición a Robert Altman, que había fallecido el año anterior. Las actuaciones son espectaculares, en especial la de Tom Cruise y la de Julianne Moore. Iba a decir que el guión es una obra maestra, pero absolutamente todo en esta película lo es, así que me limitaré a citar una frase que mencionan varias veces algunos personajes a lo largo de la cinta: "Quizás nosotros hemos acabado con el pasado, pero el pasado no ha acabado con nosotros". 


Babel. Alejandro González Iñárritu. 2006.

Según la Biblia, los hombres pretendían construir una torre para alcanzar el cielo, y Dios, para evitarlo, descendió y dijo lo siguiente: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Y de eso trata precisamente Babel, de los problemas que surgen porque somos incapaces de comunicarnos. Narra cuatro historias, cada una situada en una parte del mundo (Estados Unidos, México, Marruecos y Japón), todas ellas conectadas. Mi favorita es la de Chieko, una japonesa sordomuda. Sí, Alejandro González Iñárritu es un apasionado de las películas corales. Aún no he visto 21 gramos, y creo que también pertece a este género. Babel estuvo nominada a varios Oscar (nominaron muy merecidamente a Rinko Kikuchi y a Adriana Barraza como mejores actrices secundarias), y aún así, tengo la sensación de que está infravalorada. La escena final es una de las más preciosas que he visto en mi vida (no me gusta mucho utilizar la palabra "precioso", pero esta escena realmente lo es). Empieza a sonar Bibo no aozora de Ryuichi Sakamoto, la cámara se aleja mostrando algunos rascacielos de Japón, y el espectador piensa: "Oh, la humanidad". 

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